Mostrando postagens com marcador JULIO CORTÁZAR. Mostrar todas as postagens
Mostrando postagens com marcador JULIO CORTÁZAR. Mostrar todas as postagens

sexta-feira, 17 de agosto de 2012

Julio Cortázar

Andábamos sin buscarnos, pero sabiendo que andábamos para encontrarnos.

Julio Cortázar





Asas do Desejo - Wim Wenders

sábado, 30 de junho de 2012

Julio Cortázar

Come sleep with me: We won't make Love, Love will make us.
 
JULIO CORTÁZAR, Argentine writer (1914 - 1984)


"The Lovers" by Marc Chagall



The lovers - Marc Chagall



domingo, 10 de junho de 2012

Julio Cortázar


Creo que no te quiero, que solamente quiero la imposibilidad tan obvia de quererte. Como el guante izquierdo enamorado de la mano derecha.

Julio Cortázar
 

segunda-feira, 26 de março de 2012

‎YO TUVE UN HERMANO - JULIO CORTÁZAR

‎YO TUVE UN HERMANO - JULIO CORTÁZAR 
(poema dedicado a Che Guevara, lido pelo próprio autor) 

Yo tuve un hermano.
No nos vinos nunca
pero no importaba.
Yo tuve un hermano
que iba por los montes
mientras yo dormía.
Lo quise a mi modo,
le tomé su voz
libre como el agua,
caminé de a ratos
cerca de su sombra.
No nos vimos nunca
pero no importaba,
mi hermano despierto
mientras yo dormía,
mi hermano mostrándome
detrás de la noche
su estrella elegida.
 

segunda-feira, 13 de fevereiro de 2012

Toco tu boca - Julio Cortázar

Toco tu boca - Julio Cortázar


http://www.youtube.com/watch?v=gOcPsaYXk24&feature=related


Toco a tua boca, com um dedo toco o contorno do tua boca, vou desenhando essa boca como se estivesse saindo da minha mão, como se pela primeira vez a tua boca se entreabrisse e basta-me fechar os olhos para desfazer tudo e recomeçar. Faço nascer, de cada vez, a boca que desejo, a boca que a minha não escolheu e te desenha no rosto, uma boca eleita entre todas, com soberana liberdade eleita por mim para desenhá-la com minha mão em teu rosto e que por um acaso, que não procuro compreender, coincide exatamente com a tua boca que sorri debaixo daquela que a minha mão te desenha.

Me olhas, de perto me olhas, cada vez mais de perto e, então, brincamos de cíclope, olhamo-nos cada vez mais de perto e nossos olhos se tornam maiores, se aproximam entre si, sobrepõem-se e os cíclopes se olham, respirando confundidos, as bocas encontram-se e lutam debilmente, mordendo-se com os lábios, apoiando ligeiramente a língua nos dentes, brincando nas suas cavernas onde um ar pesado vai e vem com um perfume antigo e um grande silêncio. Então, as minhas mãos procuram afogar-se nos teus cabelos, acariciar lentamente a profundidade do teu cabelo enquanto nos beijamos como se tivéssemos a boca cheia de flores ou de peixes, de movimentos vivos, de frangância obscura. E, se nos mordemos, a dor é doce, e se nos afogamos num breve e terrível absorver simultâneo de fôlego, essa instantânea morte é bela. E já existe uma só saliva e um só sabor de fruta, e eu te sinto tremular contra mim, como um lua na água."




domingo, 23 de outubro de 2011

Tu más Profunda Piel - Julio Cortazar


Tu más  Profunda Piel


    Cada memoria enamorada guarda sus magdalenas y la mía - sábelo, allí donde estés - es el perfume del tabaco rubio que me devuelve a tu espigada noche, a la ráfaga de tu más profunda piel. No el tabaco que se aspira, el humo que tapiza las gargantas, sino esa vaga equívoca fragancia que deja la pipa, en los dedos y que en algún momento, en algún gesto inadvertido, asciende con su látigo de delicia para encabritar tu recuerdo, la sombra de tu espalda contra el blanco velamen de las sábanas.


    No me mires desde la ausencia con esa gravedad un poco infantil que hacia de tu rostro una máscara de joven faraón nubio. Creo que siempre estuvo entendido que sólo nos daríamos el placer y las fiestas livianas del alcohol y las calles vacías de la medianoche. De ti tengo más que eso, pero en el recuerdo me vuelves desnuda y volcada, nuestro planeta más preciso fue esa cama donde lentas, imperiosas geografías iban naciendo de nuestros viajes, de tanto desembarco amable o resistido de embajadas con cestos de frutas o agazapados flecheros, y cada pozo, cada río, cada colina y cada llano los hallamos en noches extenuantes, entre oscuros parlamentos de aliados o enemigos. ¡Oh viajera de ti misma, máquina de olvido! Y entonces me paso la mano por la cara con un gesto distraído y el perfume del tabaco en mis dedos te trae otra vez para arrancarme a este presente acostumbrado, te proyecta antílope en la pantalla de ese lecho donde vivimos las interminables rutas de un efímero encuentro.


    Yo aprendía contigo lenguajes paralelos: el de esa geometría de tu cuerpo que me llenaba la boca y las manos de teoremas temblorosos, el de tu hablar diferente, tu lengua insular que tantas veces me confundía. Con el perfume del tabaco vuelve ahora un recuerdo preciso que lo abarca todo en un instante que es como un vórtice, sé que dijiste " Me da pena, y yo no comprendí porque nada creía que pudiera apenarte en esa maraña de caricias que nos volvía ovillo blanco y negro, lenta danza en que el uno pesaba sobre el otro para luego dejarse invadir por la presión liviana de unos muslos, de unos brazos, rotando blandamente y desligándose hasta otra vez ovillarse y repetir las caída desde lo alto o lo hondo, jinete o potro arquero o gacela, hipogrifos afrontados, delfines en mitad del salto. Entonces aprendí que la pena en tu boca era otro nombre del pudor y la vergüenza, y que no te decidías a mi nueva sed que ya tanto habías saciado, que me rechazabas suplicando con esa manera de esconder los ojos, de apoyar el mentón en la garganta para no dejarme en la boca más que el negro nido de tu pelo.


    Dijiste "Me da pena, sabes", y volcada de espaldas me miraste con ojos y senos, con labios que trazaban una flor de lentos pétalos. Tuve que doblarte los brazos, murmurar un último deseo con el correr de las manos por las más dulces colinas, sintiendo como poco a poco cedías y te echabas de lado hasta rendir el sedoso muro de tu espalda donde un menudo omóplato tenía algo de ala de ángel mancillado. Te daba pena, y de esa pena iba a nacer el perfume que ahora me devuelve a tu vergüenza antes de que otro acorde, el último, nos alzara en una misma estremecida réplica. Sé que cerré los ojos, que lamí la sal de tu piel, que descendí volcándote hasta sentir tus riñones como el estrechamiento de la jarra donde se apoyan las manos con el ritmo de la ofrenda; en algún momento llegué a perderme en el pasaje hurtado y prieto que se llegaba al goce de mis labios mientras desde tan allá, desde tu país de arriba y lejos, murmuraba tu pena una última defensa abandonada.


    Con el perfume del tabaco rubio en los dedos asciende otra vez el balbuceo, el temblor de ese oscuro encuentro, sé que una boca buscó la oculta boca estremecida, el labio único ciñéndose a su miedo, el ardiente contorno rosa y bronce que te libraba a mi más extremo viaje. Y como ocurre siempre, no sentí en ese delirio lo que ahora me trae el recuerdo desde un vago aroma de tabaco, pero esa musgosa fragancia, esa canela de sombra hizo su camino secreto a partir del olvido necesario e instantáneo, indecible juego de la carne oculta a la conciencia lo que mueve las más densas, implacables máquinas del fuego. No eras sabor ni olor, tu más escondido país se daba como imagen y contacto, y sólo hoy unos dedos casualmente manchados de tabaco me devuelven el instante en que me enderecé sobre ti para lentamente reclamar las llaves de pasaje, forzar el dulce trecho donde tu pena tejía las últimas defensas ahora que con la boca hundida en la almohada sollozabas una súplica de oscura aquiescencia, de derramado pelo. Más tarde comprendiste y no hubo pena, me cediste la ciudad de tu más profunda piel desde tanto horizonte diferente, después de fabulosas máquinas de sitio y parlamentos y batallas. En esta vaga vainilla de tabaco que hoy me mancha los dedos se despierta la noche en que tuviste tu primera, tu última pena. Cierro los ojos y aspiro en el pasado ese perfume de tu carne más secreta, quisiera no abrirlos a este ahora donde leo y fumo y todavía creo estar viviendo.

domingo, 14 de agosto de 2011

A Una Mujer - Julio Cortázar


                                             A Una Mujer
                                             Julio Cortázar
No hay que llorar porque las plantas crecen en tu balcón, no hay
que estar triste si una vez más la rubia carrera de las nubes te reitera
lo inmóvil, ese permanecer en tanta fuga. Porque la nube estará ahí,
constante en su inconstancia cuando tú, cuando yo -pero por qué nombrar el polvo y la ceniza-.
Sí, nos equivocábamos creyendo que el paso por el día era lo efímero, el agua que resbala por las hojas hasta hundirse en la tierra.
Sólo dura la efímero, esa estúpida planta que ignora la tortuga, esa blanda tortuga que tantea en la eternidad con ojos huecos, y el sonido sin música, la palabra sin canto, la cópula sin grito de agonía, las torres del maíz, los ciegos montes.
Nosotros, maniatados a una conciencia que es el tiempo,no nos movemos del terror y la delicia, y sus verdugos delicadamente nos arrancan los párpados para dejarnos ver sin tregua cómo crecen las plantas del
balcón, cómo corren las nubes al futuro.
¿Qué quiere decir esto? Nada, una taza de té. No hay drama en el murmullo, y tú eres la silueta de papel que las tijeras van salvando de lo informe: oh vanidad de creer que se nace o se muere, cuando lo único real es el hueco que queda en el papel, el golem que nos sigue sollozando en sueños y en olvido.



segunda-feira, 27 de junho de 2011

Julio Cortázar - Rayuela

‎"Andábamos sin buscarnos pero sabiendo que andábamos para encontrarnos."
"We went around without looking for each other, but knowing we went around to find each other."
Julio Cortázar - Rayuela